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Inseminación artificial en cría, un mundo por explorar

Además de concentrar la parición en unos pocos días, permite incorporar genética que, de otro modo, sería casi inaccesible. Por dónde empezar. 

​Miguel Viñuales (ZonaCampo)


Con un crecimiento cada vez más notorio, la inseminación artificial va posicionándose como una etapa necesaria en cierta escala de desarrollo de las empresas ganaderas, ya que permite incorporar características genéticas al rodeo que, de otra manera, serían virtualmente inalcanzables.


En este sentido, Juan Emilio Visconti considera que, dadas ciertas condiciones de infraestructura, sanidad y cadena forrajera, la introducción de genética por inseminación es una de las decisiones centrales a la hora de pensar en el mejoramiento del rodeo.


Visconti es representante de la firma multinacional Select Sires para Olavarría y la zona, que por más de 35 años comercializó semen a través de la empresa Reproductores S.A., pero desde hace algunos meses empezó a trabajar de manera directa como Select Sires Argentina.


"Se eligió Olavarría por la importancia que tiene la ganadería, ya que el stock del partido es superior al de varias provincias. Yo me dedico fundamentalmente a la ganadería de cría, que es a lo que se está ampliando la propuesta de Select Sires, número uno a nivel global en lo que es lechería", explica.


Según Juan Visconti, la firma desembarcó en Argentina porque advirtió el potencial nacional en lo que es ganadería de carne, al punto tal de que no solo se trabaja actualmente en la introducción de genética americana, sino que también se está sumando genética argentina al catálogo de reproductores que se comercializa globalmente.


"Nosotros tenemos mucho toro importado, pero estamos empezando a incorporar toros argentinos por la calidad que los titulares de la firma han visto acá, ya tenemos en la batería varios toros nacionales y la intención de la empresa es seguir sumando más", asegura.


Llegar al productor

La incorporación de genética a través de inseminación artificial es una práctica completamente estandarizada en la producción lechera, donde directamente no existen toros dentro del rodeo, pero según Juan Visconti todavía hay un camino por recorrer en lo que respecta a la ganadería de carne.


"Todavía cuesta un poco llegar al productor de cría, aunque se ve mucho mayor apertura cuando en las empresas se dan cambios generacionales. Las generaciones nuevas llegan con la idea de incorporar tecnología y genética para mejorar los rodeos, no tanto por la costumbre tener o no el toro, sino por los hábitos establecidos de trabajar de una manera determinada desde hace muchos años", explica.


"Para inseminar hay que hacer tres encierres en el plazo de 10 días, y a veces el productor es más reacio porque está habituado a echar el toro tres meses, y es más fácil. También hay otro tema, que es ver la inseminación como un gasto y no tanto como una inversión, mediante la cual no solamente se puede usar un toro que probablemente nunca pueda comprarse para el rodeo, sino que también, si todo va bien, se va a lograr una preñez estimada en el 50%, concentrando la parición en una semana", menciona.


Estos dos puntos son, para Visconti, los puntos fuertes que justifican que en cierta etapa de una empresa ganadera, se incorpore la inseminación artificial como modo de lograr no solamente una mejora en la calidad de la hacienda, sino también en la logística del sistema, pudiendo planificar la parición.



Con una planificación adecuada y cumpliendo ciertos recaudos, la inseminación permite incorporar al rodeo genética de padres "incomprables" como el toro argentino "Ladrón" (Las Lilas) con 35kg al nacer, 285kg al destete y 820kg como adulto, y una serie de indicadores que parecen de otro planeta.



"A medida que avanza la investigación, todo lo que es DEP (diferencia esperada de progenie) va también mejorando, se va ganando en previsibilidad, por lo cual no solamente se puede estimar con precisión el peso al nacer y el peso adulto, sino además, las curvas de crecimiento y desarrollo, evitándose complicaciones vinculadas a partos distócicos, manejos, y demás", asegura.


En cuanto a costo, sacando la cuenta a kilo de ternero, este año según Visconti cuesta menos inseminar que el año pasado, y las pequeñas incomodidades de manejo que supone se ven compensadas con creces a la hora del logro de los terneros."Es algo posible, al alcance de cualquier productor que tengas las condiciones mínimas, el costo hoy no es un obstáculo y los resultados que se obtienen son realmente muy buenos"


Protocolo a seguir

Una vez tomada la decisión de incorporar la inseminación artificial en el rodeo, la implementación conlleva una serie de pasos a seguir, que comienzan con una entrevista entre Visconti, el profesional veterinario y el productor, donde se acuerdan ciertos pautas en base a objetivos, presupuesto, disponible, planificación a corto y mediano plazo, a fin de que el productor pueda adquirir el semen que más se ajusta a lo que busca.


"Es importante que se den ciertas condiciones mínimas, como tener instalaciones adecuadas, un plan sanitario, una buna planificación forrajera, porque la incorporación de genética no es el primer paso en el mejoramiento, antes hay que asegurar esas condiciones que luego permitirán que la genética introducida exprese todo el potencial. De otra manera, se puede pensar que es la genética o la inseminación que no funciona, y en realidad no es así, sino que hace falta cumplir ciertos protocolos".


Respecto de cómo arrancar, una vez asegurados estos recaudos, Juan Visconti recomienda tener en cuanta sobre todo a las vacas, más que las vaquillonas, ya que son animales más desarrollados y es probable que se logren mejores preñeces y nacimientos que con animales jóvenes.


"Es lógico que muchos productores quieren empezar desde cero, y entonces se mentalizan a empezar con un rodeo nuevo, inseminando unas pocas vaquillonas. Pero nosotros recomendamos que se haga una selección de vacas adultas, es fundamental el tacto preservicio para constatar que están en condiciones de preñarse, y después ir incorporando gradualmente vaquillonas. Con las vaquillonas hace falta elegir toro por facilidad de parto, lo cual hace que se tengan que resignar algunas opciones, en cambio para vaca tenés una batería mucho mayor", enfatiza.


"Por eso siempre sugiero partir la diferencia, apostarle primero al volumen de animales, porque si elegís diez vaquillonas, quedan preñadas cinco y si se logran dos o tres hembras, eso no es un aporte significativo al rodeo. En cambio, es preferible elegir un lote seguro, un poco más grande, y eso es una buena forma de arrancar y que se note en el conjunto", concluye.



....

Juan Emilio Visconti es representante de la firma Select Sires Argentina en Olavarría y zona, incluyendo Tapalqué, Alvear, Saladillo, 25 de mayo, Bolívar y 9 de Julio

Contacto: +54 9 228 422-5003

http://www.reprodar.com.ar

Catálogo 2018/9 disponible AQUI 

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En este sentido, Juan Emilio Visconti considera que, dadas ciertas condiciones de infraestructura, sanidad y cadena forrajera, la introducción de genética por inseminación es una de las decisiones centrales a la hora de pensar en el mejoramiento del rodeo.


Visconti es representante de la firma multinacional Select Sires para Olavarría y la zona, que por más de 35 años comercializó semen a través de la empresa Reproductores S.A., pero desde hace algunos meses empezó a trabajar de manera directa como Select Sires Argentina.


"Se eligió Olavarría por la importancia que tiene la ganadería, ya que el stock del partido es superior al de varias provincias. Yo me dedico fundamentalmente a la ganadería de cría, que es a lo que se está ampliando la propuesta de Select Sires, número uno a nivel global en lo que es lechería", explica.


Según Juan Visconti, la firma desembarcó en Argentina porque advirtió el potencial nacional en lo que es ganadería de carne, al punto tal de que no solo se trabaja actualmente en la introducción de genética americana, sino que también se está sumando genética argentina al catálogo de reproductores que se comercializa globalmente.


"Nosotros tenemos mucho toro importado, pero estamos empezando a incorporar toros argentinos por la calidad que los titulares de la firma han visto acá, ya tenemos en la batería varios toros nacionales y la intención de la empresa es seguir sumando más", asegura.


Llegar al productor

La incorporación de genética a través de inseminación artificial es una práctica completamente estandarizada en la producción lechera, donde directamente no existen toros dentro del rodeo, pero según Juan Visconti todavía hay un camino por recorrer en lo que respecta a la ganadería de carne.


"Todavía cuesta un poco llegar al productor de cría, aunque se ve mucho mayor apertura cuando en las empresas se dan cambios generacionales. Las generaciones nuevas llegan con la idea de incorporar tecnología y genética para mejorar los rodeos, no tanto por la costumbre tener o no el toro, sino por los hábitos establecidos de trabajar de una manera determinada desde hace muchos años", explica.


"Para inseminar hay que hacer tres encierres en el plazo de 10 días, y a veces el productor es más reacio porque está habituado a echar el toro tres meses, y es más fácil. También hay otro tema, que es ver la inseminación como un gasto y no tanto como una inversión, mediante la cual no solamente se puede usar un toro que probablemente nunca pueda comprarse para el rodeo, sino que también, si todo va bien, se va a lograr una preñez estimada en el 50%, concentrando la parición en una semana", menciona.


Estos dos puntos son, para Visconti, los puntos fuertes que justifican que en cierta etapa de una empresa ganadera, se incorpore la inseminación artificial como modo de lograr no solamente una mejora en la calidad de la hacienda, sino también en la logística del sistema, pudiendo planificar la parición.



Con una planificación adecuada y cumpliendo ciertos recaudos, la inseminación permite incorporar al rodeo genética de padres "incomprables" como el toro argentino "Ladrón" (Las Lilas) con 35kg al nacer, 285kg al destete y 820kg como adulto, y una serie de indicadores que parecen de otro planeta.



"A medida que avanza la investigación, todo lo que es DEP (diferencia esperada de progenie) va también mejorando, se va ganando en previsibilidad, por lo cual no solamente se puede estimar con precisión el peso al nacer y el peso adulto, sino además, las curvas de crecimiento y desarrollo, evitándose complicaciones vinculadas a partos distócicos, manejos, y demás", asegura.


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"Es importante que se den ciertas condiciones mínimas, como tener instalaciones adecuadas, un plan sanitario, una buna planificación forrajera, porque la incorporación de genética no es el primer paso en el mejoramiento, antes hay que asegurar esas condiciones que luego permitirán que la genética introducida exprese todo el potencial. De otra manera, se puede pensar que es la genética o la inseminación que no funciona, y en realidad no es así, sino que hace falta cumplir ciertos protocolos".


Respecto de cómo arrancar, una vez asegurados estos recaudos, Juan Visconti recomienda tener en cuanta sobre todo a las vacas, más que las vaquillonas, ya que son animales más desarrollados y es probable que se logren mejores preñeces y nacimientos que con animales jóvenes.


"Es lógico que muchos productores quieren empezar desde cero, y entonces se mentalizan a empezar con un rodeo nuevo, inseminando unas pocas vaquillonas. Pero nosotros recomendamos que se haga una selección de vacas adultas, es fundamental el tacto preservicio para constatar que están en condiciones de preñarse, y después ir incorporando gradualmente vaquillonas. Con las vaquillonas hace falta elegir toro por facilidad de parto, lo cual hace que se tengan que resignar algunas opciones, en cambio para vaca tenés una batería mucho mayor", enfatiza.


"Por eso siempre sugiero partir la diferencia, apostarle primero al volumen de animales, porque si elegís diez vaquillonas, quedan preñadas cinco y si se logran dos o tres hembras, eso no es un aporte significativo al rodeo. En cambio, es preferible elegir un lote seguro, un poco más grande, y eso es una buena forma de arrancar y que se note en el conjunto", concluye.



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