• La inmediatez digital: Vale aclarar que se trata de generalizaciones y que por supuesto cada persona es diferente; pero dentro de estas características generales, no podríamos negar, por ejemplo, que ésta es la "generación digital". Crecer con el avance de la tecnología hizo que estén acostumbrados a lo inmediato. Esta inmediatez se observa en casi todos los ámbitos de la vida, pero haciendo foco en el campo, encontramos ejemplos como: "puedo tomar decisiones y dar órdenes de ejecución con un llamado o un mensaje de texto, ya no necesito ir hasta el campo o hasta el lote para comunicarlo personalmente. De la misma manera puedo tener una idea de qué está pasando con una fotografía de la situación que me llega a mi teléfono celular." Por supuesto que ésto es un arma de doble filo, pero sólo estamos describiendo características y costumbres, no las estamos juzgando.
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• Equilibrio entre trabajo-vida personal: Para esta generación, el trabajo no ocupa el mismo lugar que le daban sus padres. La vida familiar y el ocio están en el mismo nivel de importancia. Se trata de otra perspectiva de la vida, donde el sentido de la misma está puesto en otros puntos. De nuevo, no podríamos juzgar qué es lo que le aporta sentido a la vida de una persona, se trata sólo de hacer el esfuerzo de entender que concibe la misma de otra manera y respetarlo.
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• Importancia del ámbito de trabajo: Relacionado con lo anterior, el trabajo no resulta importante sólo por ser trabajo, para esta generación es sustancial que el mismo sea realizador y que le aporte ese sentido a la vida del que hablamos en el punto anterior. Y ésto se logra cuando sienten que están aportando algo valioso al trabajo, a la empresa, a la sociedad o al mundo. Es importante el equipo, los compañeros y el lugar.
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• La democratización de la información: al haber crecido en la era en que casi todo se puede encontrar en internet, para estos jóvenes ya no son del todo confiable los grandes expertos que son dueños exclusivos del saber. Confían más bien en aquellos que están abiertos a enseñar, que comparten la información y sobre todo que los ayudan a aprender por sí mismos. Es común que un millennial esté interesado en cualquier forma de asociativismo donde el principal activo sea la información, es por eso que se pueden ver interesados en pertenecer a grupos de productores como Cambio Rural, CREA o AAPRESID.
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• Desinterés por lo que consideran la vieja política: Es común escuchar que los jóvenes no se interesan por la política, cuando en realidad lo que ocurre es que la mayoría ya no confía en los sistemas y en los políticos tradicionales. Nada más alejado de la realidad que pensar que a los millennials no le importa su entorno y la sociedad. Podríamos decir, que dentro del individualismo que muchas veces los envuelve, son conscientes de que si ellos no se interesan por su comunidad, se estarían haciendo un mal a sí mismos, porque entienden que inevitablemente todo está en relación con todo y si a los que les rodean les va bien a ellos les va bien. Éste es un punto clave a tener en cuenta para por fin poner al sector en el lugar que se merece. La nueva generación puede aportar el ímpetu, la innovación y la empatía para representar al agro ante el resto de la sociedad y hacerlo de manera amigable (o "friendly" utilizando lenguaje millennial). Es decir, poder pararse frente al país y el mundo, hablando el mismo idioma, derribando mitos, barreras y pre-conceptos que todavía existen para con el campo. Abrir las tranqueras al resto del mundo va a permitir que el mundo se abra y escuche lo que tengamos para decir. Es esta generación la que está llamada a lograr que el sector esté realmente representado y que las distintas organizaciones del mismo sean escuchadas, creíbles y referentes a la hora de hablarle al mundo. Para lograrlo necesitan el apoyo y el consejo de la generación que los precede, pero lo que más necesitan, es la confianza de sus mayores, creer que ellos pueden lograrlo por sí mismos.

Es esta generación la que está llamada a lograr que el sector esté realmente representado y que las distintas organizaciones del mismo sean escuchadas, creíbles y referentes a la hora de hablarle al mundo.

• Ecología, su casa es el mundo: Es común que con la llegada de la nueva generación a las empresas agropecuarias, comiencen a surgir los conceptos de sustentable, sostenible y responsabilidad social. Como lo mencionamos anteriormente, la profunda búsqueda de sentido y de aportar al mundo, los hace cada vez más conscientes del desafío que representa alimentar, vestir y proveer de materia prima a un planeta que camina a pasos agigantados. Pero también saben que el desarrollo debe darse de manera equilibrada, y buscan ser lo más eficientes posibles en el uso de los recursos. No les resulta atractivo (o le quita sentido) el producir, si por otro lado se está haciendo un daño irreparable al medio ambiente. Reconocen que esto es ganar por un lado y perder por otro. Ésta es una visión en la que probablemente choquen con generaciones anteriores. No porque éstas hayan sido o sean irresponsables, sino que simplemente se trata de un punto que no estaba en su consideración. Una vez más se trata de una cuestión de enfoques y prioridades que vienen definidas por el momento en la historia en la que a cada generación le tocó crecer.
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• Familiaridad con la tecnología y sus avances: Los millennials están abiertos a probar y experimentar tanto en tecnologías de procesos como de insumos. Están acostumbrados a los constantes avances de la ciencia en otros ámbitos y han crecido con ellos, por lo tanto, confían y no le temen. Saben que lo que ayer era novedad y funcionaba bien, mañana tranquilamente puede ser reemplazado por algo mejor. No se "atan" ni se "casan" con las maneras de hacer las cosas a la hora de producir. Muy por el contrario, es común que las generaciones anteriores sean más resistentes al cambio y a la incorporación de nuevos métodos e insumos. Lo que muchas veces ocurre es que ellos ya han pasado por la experiencia de comprar "espejitos de colores" y es cierto que no siempre es bueno el cambiar por cambiar. Una empresa puede encontrar un valor enorme si logra que ambas generaciones se pongan de acuerdo y lleguen a un equilibrio al conjugar innovación y experiencia.
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Seguramente el lector podría seguir agrandando la lista y se le puede venir a la mente un montón de situaciones en las que se acentúa la brecha intergeneracional. Es importante conocer y ser conscientes de que estas diferencias existen y saber dónde se originan. Y sobre todo, no tener miedo de hablarlas.

Debemos admitir que la transición es inevitable, y que cada empresa elige cómo abordarla. Los años que puedan trabajar juntos padres e hijos (o abuelos, padres e hijos) pueden resultar maravillosos para la familia si el proceso se da de forma armónica.

Debemos admitir que la transición es inevitable, y que cada empresa elige cómo abordarla. Los años que puedan trabajar juntos padres e hijos (o abuelos, padres e hijos) pueden resultar maravillosos para la familia si el proceso se da de forma armónica. Además se puede aprovechar para potenciar la empresa con los aportes de unos y de otros logrando una sinergia. Ésto no es utópico ni mucho menos imposible, aunque sí requiere compromiso de los involucrados y ayuda profesional para lograr la mediación y una organización eficaz.

Aceptar que pensamos distinto porque somos distintos, nos permite ponernos un poco más en el lugar del otro y aunque muchas veces no logremos entenderlo, al menos podamos respetarlo. A partir de allí, seguramente nos sorprenderá cuántos puntos encontraremos en común, existen valores y costumbres que una generación ha mamado de la otra y no están dispuestos a negociarlos, después de todo, pareciera ser que el amor por nuestra tierra, es hereditario.

Juan Cruz Rivero Aspek
Ingeniero Agrónomo