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Alerta, ¡cotorras!

Desde hace décadas esta simpática ave es considerada plaga nacional. Conozca por qué son difíciles de controlar y qué prácticas de manejo reducen su impacto. 

"Las cotorras pertenecen al grupo denominado Psittaciformes, que incluye aves con características morfológicas distintivas de plumaje, pico en forma de gancho y pata flexible, entre otras particularidades", describe la bióloga Rosana Mariel Aramburú, docente de la Universidad Nacional de La Plata, 


Aramburú, quien desde 1986 investiga aspectos biológicos de las cotorras en la provincia de Buenos Aires, comenta que el pico "fuerte" constituye una herramienta versátil que les permite abrir frutos y semillas. Mientras que la estructura de la pata "les posibilita trepar con habilidad para acceder y manipular el alimento", agrega la bióloga, que indica que "las cotorras presentan una dieta esencialmente granívora y, a lo largo del año, consumen tanto semillas de especies silvestres (principalmente de gramíneas y de compuestas, como los cardos) y de especies cultivadas, mayormente maíz, seguido de girasol y en menor proporción, soja y trigo". 


El eucalipto

Las cotorras tienen una distribución original amplia en el sur de América del Sur, en el centro de nuestro país y, especialmente, en la provincia de Buenos Aires se han expandido de forma vertiginosa. "En la provincia las cotorras estaban asociadas a talares costeros. Se supone que han ingresado en el interior de la provincia de la mano del eucalipto, que es y ha sido ampliamente utilizado en la región pampeana para conformar montes de sombra, cortinas rompevientos, etcétera", explica Aramburú, quien añade: "la introducción del eucalipto les permitió ir ampliando históricamente su área de distribución en la provincia, a pesar de tener una movilidad reducida que se limita al territorio de alimentación (con mayor frecuencia entre tres y cinco kilómetros, y siempre distancias menores a diez kilómetros)". Durante la temporada de cría se desplazan principalmente en parejas, aunque también solas o en tríos, formando bandadas mayores sólo fuera de esta época. "Su introducción en otros países fue exitosa, dado que es un ave que tiene cierto oportunismo dietario (puede consumir un rango amplio de alimentos) y puede resistir temperaturas bajas, debido al uso de su nido como dormidero durante todo el año", explica. 



 Daños

Los daños producidos por las cotorras en los diversos cultivos varían según la región del país en que ocurran y los tipos de producción predominante. En relación a los cultivos agrícolas, la bióloga Sonia Canavelli, investigadora en la Estación Experimental Paraná del INTA en el manejo de conflictos generados por los daños que producen ciertas especies de aves, incluyendo las cotorras, en cultivos agrícolas, señala: "frecuentemente se declaran daños por cotorras en maíz y girasol, con menciones a daños ocasionales en sorgo, trigo y arroz". Estos daños ocurren generalmente cuando el cultivo está madurando, pero pueden ocurrir desde etapas tempranas de maduración (incluso floración, en algunos casos) hasta que la maduración se completa. "En general, el daño se caracteriza por las marcas dejadas por el pico en las estructuras vegetales que sostienen los granos, sea un capítulo de girasol, donde a menudo se destruyen las hojas periféricas o el capítulo mismo, o las mazorcas de maíz, abiertas y a menudo dañadas en su estructura", detalla Canavelli. En el caso del arroz y el trigo, "las cotorras pueden cortar completamente las espigas, que consumen en postes de alambrado o árboles lindantes al lote. Debido a la costumbre de ir y venir al lote desde sitios aledaños, suele observarse más daño por cotorras en los bordes de los cultivos que en el centro, a menos que el lote presente claros que favorezcan el acceso de las aves en las partes centrales".



 Manejo

"Una alternativa sería sembrar los cultivos de una región en áreas extensas, aumentando el tamaño de los lotes individuales o coordinando las fechas de siembra lo más posible en la región, a fin de "diluir" el daño en una mayor superficie", indica Sonia Canavelli, a la hora de recomendar prácticas de manejo para prevenir daños por cotorras. Asimismo, la rotación de cultivos y/o sustitución de los cultivos atractivos por pasturas u otros cultivos menos susceptibles al daño, como la soja, el algodón o el lino, podría contribuir a prevenir los daños en áreas con alta probabilidad de los mismos. Otra alternativa que contribuiría a prevenir los daños, fundamentalmente en cultivos como maíz, sería procurar un cultivo sano y homogéneo, con una densidad de plantas relativamente alta, que impida el fácil acceso de las aves. Por otra parte, recomienda utilizar híbridos menos susceptibles al daño por aves y adelantar la cosecha (mediante el uso de desecantes o la cosecha anticipada y el secado posterior). No obstante, Canavelli aclara que su influencia en el daño por cotorras sería relativa, debido a que los mismos suelen ocurrir no sólo en estadios maduros del cultivo sino también inmaduros. Asimismo, señala que otra alternativa a explorar es aprovechar que las cotorras consumen el cultivo fundamentalmente en los bordes y sembrar variedades de cultivo más altas y/o en densidades mayores en el borde del cultivo de interés, que dificulten la visibilidad hacia el interior, o bien variedades no atractivas, que disuadan a las cotorras de usar ese lote. "Estas alternativas se usan para prevenir los daños por loros barranqueros en el sur, y podrían ser útiles con los daños de cotorras, también", comenta. También afirma que podrían utilizarse cultivos en estrategias de divergencia de las aves del cultivo comercial de interés, "sembrando un cultivo atractivo y de menor valor en las cercanías de los nidos o sitios de concentración de cotorras (cultivo trampa o de distracción). Desafortunadamente, de mi conocimiento, ninguna de estas alternativas ha sido evaluada técnicamente en nuestro país para disminuir los daños por cotorras", atestigua.

Protección del cultivo

Entre las tecnologías permitidas para la protección del cultivo, la técnica del INTA Paraná comenta que existen repelentes que ahuyentan a las aves del lote. "Estos repelentes pueden ser físicos, ya sea auditivos, como cañones de explosión, pirotecnia, disparos de escopeta, sonidos electrónicos, llamadas de alerta o estrés de las aves, gritos de aves rapaces, etcétera; o visuales, como siluetas de aves rapaces, globos con figuras disuasivas, cintas reflectoras, entre otros". Asimismo, pueden utilizarse personas que recorren el lote y espantan las aves o aves rapaces entrenadas. "Los repelentes químicos podrían ser una alternativa en algunos casos, pero aún no contamos en nuestro país con un producto registrado para repeler cotorras en cultivos", afirma Canavelli. De todos modos, indica que "la eficacia de los mismos es muy variable y, en el caso de las cotorras, probablemente baja, debido a las conductas sociales y altamente adaptables de esta especie". Manifestó que, en el mediano plazo, una alternativa para mantener las poblaciones en niveles tolerables sería disminuir la oferta de alimento (particularmente granos cultivados) en épocas donde normalmente no hay alimento disponible (por ejemplo en otoño e invierno). "Esto podría lograrse mediante la disminución de los granos disponibles en rastrojos por pérdidas en la cosecha, las pérdidas en el transporte entre los lotes y los silos o secadoras, los cultivos que son abandonados en pie, y la alimentación para el ganado con silos abiertos", concluye. Para finalizar, respecto a los métodos que hay para controlar a la cotorra, aclara que "la alternativa química", es decir, utilizar un producto químico para el control, "no podría utilizarse en nuestro país, porque ningún producto químico ha sido registrado aún como avicida (es decir, para matar aves)". Debido a esta inhibición para utilizar químicos, la especialista indica que los únicos tipos de control que podrían aplicarse actualmente para disminuir la población, además de la caza con escopeta (costosa y poco efectiva), es la captura de las aves en los nidos



Fuente: Sudeste Rinde

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Aramburú, quien desde 1986 investiga aspectos biológicos de las cotorras en la provincia de Buenos Aires, comenta que el pico "fuerte" constituye una herramienta versátil que les permite abrir frutos y semillas. Mientras que la estructura de la pata "les posibilita trepar con habilidad para acceder y manipular el alimento", agrega la bióloga, que indica que "las cotorras presentan una dieta esencialmente granívora y, a lo largo del año, consumen tanto semillas de especies silvestres (principalmente de gramíneas y de compuestas, como los cardos) y de especies cultivadas, mayormente maíz, seguido de girasol y en menor proporción, soja y trigo". 


El eucalipto

Las cotorras tienen una distribución original amplia en el sur de América del Sur, en el centro de nuestro país y, especialmente, en la provincia de Buenos Aires se han expandido de forma vertiginosa. "En la provincia las cotorras estaban asociadas a talares costeros. Se supone que han ingresado en el interior de la provincia de la mano del eucalipto, que es y ha sido ampliamente utilizado en la región pampeana para conformar montes de sombra, cortinas rompevientos, etcétera", explica Aramburú, quien añade: "la introducción del eucalipto les permitió ir ampliando históricamente su área de distribución en la provincia, a pesar de tener una movilidad reducida que se limita al territorio de alimentación (con mayor frecuencia entre tres y cinco kilómetros, y siempre distancias menores a diez kilómetros)". Durante la temporada de cría se desplazan principalmente en parejas, aunque también solas o en tríos, formando bandadas mayores sólo fuera de esta época. "Su introducción en otros países fue exitosa, dado que es un ave que tiene cierto oportunismo dietario (puede consumir un rango amplio de alimentos) y puede resistir temperaturas bajas, debido al uso de su nido como dormidero durante todo el año", explica. 



 Daños

Los daños producidos por las cotorras en los diversos cultivos varían según la región del país en que ocurran y los tipos de producción predominante. En relación a los cultivos agrícolas, la bióloga Sonia Canavelli, investigadora en la Estación Experimental Paraná del INTA en el manejo de conflictos generados por los daños que producen ciertas especies de aves, incluyendo las cotorras, en cultivos agrícolas, señala: "frecuentemente se declaran daños por cotorras en maíz y girasol, con menciones a daños ocasionales en sorgo, trigo y arroz". Estos daños ocurren generalmente cuando el cultivo está madurando, pero pueden ocurrir desde etapas tempranas de maduración (incluso floración, en algunos casos) hasta que la maduración se completa. "En general, el daño se caracteriza por las marcas dejadas por el pico en las estructuras vegetales que sostienen los granos, sea un capítulo de girasol, donde a menudo se destruyen las hojas periféricas o el capítulo mismo, o las mazorcas de maíz, abiertas y a menudo dañadas en su estructura", detalla Canavelli. En el caso del arroz y el trigo, "las cotorras pueden cortar completamente las espigas, que consumen en postes de alambrado o árboles lindantes al lote. Debido a la costumbre de ir y venir al lote desde sitios aledaños, suele observarse más daño por cotorras en los bordes de los cultivos que en el centro, a menos que el lote presente claros que favorezcan el acceso de las aves en las partes centrales".



 Manejo

"Una alternativa sería sembrar los cultivos de una región en áreas extensas, aumentando el tamaño de los lotes individuales o coordinando las fechas de siembra lo más posible en la región, a fin de "diluir" el daño en una mayor superficie", indica Sonia Canavelli, a la hora de recomendar prácticas de manejo para prevenir daños por cotorras. Asimismo, la rotación de cultivos y/o sustitución de los cultivos atractivos por pasturas u otros cultivos menos susceptibles al daño, como la soja, el algodón o el lino, podría contribuir a prevenir los daños en áreas con alta probabilidad de los mismos. Otra alternativa que contribuiría a prevenir los daños, fundamentalmente en cultivos como maíz, sería procurar un cultivo sano y homogéneo, con una densidad de plantas relativamente alta, que impida el fácil acceso de las aves. Por otra parte, recomienda utilizar híbridos menos susceptibles al daño por aves y adelantar la cosecha (mediante el uso de desecantes o la cosecha anticipada y el secado posterior). No obstante, Canavelli aclara que su influencia en el daño por cotorras sería relativa, debido a que los mismos suelen ocurrir no sólo en estadios maduros del cultivo sino también inmaduros. Asimismo, señala que otra alternativa a explorar es aprovechar que las cotorras consumen el cultivo fundamentalmente en los bordes y sembrar variedades de cultivo más altas y/o en densidades mayores en el borde del cultivo de interés, que dificulten la visibilidad hacia el interior, o bien variedades no atractivas, que disuadan a las cotorras de usar ese lote. "Estas alternativas se usan para prevenir los daños por loros barranqueros en el sur, y podrían ser útiles con los daños de cotorras, también", comenta. También afirma que podrían utilizarse cultivos en estrategias de divergencia de las aves del cultivo comercial de interés, "sembrando un cultivo atractivo y de menor valor en las cercanías de los nidos o sitios de concentración de cotorras (cultivo trampa o de distracción). Desafortunadamente, de mi conocimiento, ninguna de estas alternativas ha sido evaluada técnicamente en nuestro país para disminuir los daños por cotorras", atestigua.

Protección del cultivo

Entre las tecnologías permitidas para la protección del cultivo, la técnica del INTA Paraná comenta que existen repelentes que ahuyentan a las aves del lote. "Estos repelentes pueden ser físicos, ya sea auditivos, como cañones de explosión, pirotecnia, disparos de escopeta, sonidos electrónicos, llamadas de alerta o estrés de las aves, gritos de aves rapaces, etcétera; o visuales, como siluetas de aves rapaces, globos con figuras disuasivas, cintas reflectoras, entre otros". Asimismo, pueden utilizarse personas que recorren el lote y espantan las aves o aves rapaces entrenadas. "Los repelentes químicos podrían ser una alternativa en algunos casos, pero aún no contamos en nuestro país con un producto registrado para repeler cotorras en cultivos", afirma Canavelli. De todos modos, indica que "la eficacia de los mismos es muy variable y, en el caso de las cotorras, probablemente baja, debido a las conductas sociales y altamente adaptables de esta especie". Manifestó que, en el mediano plazo, una alternativa para mantener las poblaciones en niveles tolerables sería disminuir la oferta de alimento (particularmente granos cultivados) en épocas donde normalmente no hay alimento disponible (por ejemplo en otoño e invierno). "Esto podría lograrse mediante la disminución de los granos disponibles en rastrojos por pérdidas en la cosecha, las pérdidas en el transporte entre los lotes y los silos o secadoras, los cultivos que son abandonados en pie, y la alimentación para el ganado con silos abiertos", concluye. Para finalizar, respecto a los métodos que hay para controlar a la cotorra, aclara que "la alternativa química", es decir, utilizar un producto químico para el control, "no podría utilizarse en nuestro país, porque ningún producto químico ha sido registrado aún como avicida (es decir, para matar aves)". Debido a esta inhibición para utilizar químicos, la especialista indica que los únicos tipos de control que podrían aplicarse actualmente para disminuir la población, además de la caza con escopeta (costosa y poco efectiva), es la captura de las aves en los nidos



Fuente: Sudeste Rinde

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