"Las últimas lluvias evidenciaron el exceso hídrico, ya que lo que llevó a esta situación es que en los últimos 2 meses el acumulado fue de alrededor de 500 mm en una región donde la media anual es de 900 mm. Esto provoca que hoy nos encontremos con situaciones criticas en la red vial rural y dentro de los establecimientos agropecuarios. Si persisten las precipitaciones creo que va a generar grandes complicaciones al momento de avanzar con la cosecha, poder sacar la producción de los establecimientos y transportarla" explicó Silvestro.

En cuanto al daño sobre los cultivos, exoresó que si bien aún es difícil determinar los efectos que deja esta situación por la dificultad de llegar a evaluar correctamente los lotes por falta de piso y el escaso tiempo transcurrido desde el anegamiento, en general no habrían mermas importantes en los niveles de producción. "Entre octubre y diciembre del 2023 también se vivió una situación similar en cuanto a precipitaciones que generaron que en algunos casos solo se puedan sembrar las zonas más altas de los lotes evitando las partes bajas, y que de lo sembrado ya se perdieran las partes anegables, generando que hoy se reduzca el riesgo de pérdidas importantes por encharcamiento", aseguró.

Según el profesional, en líneas generales los cultivos presentan un estado general de bueno a excelente dependiendo de los ambientes y el manejo realizado, sin embargo el periodo de escasas precipitaciones y excesos de temperatura de la segunda quincena de enero y primera semana de febrero, afectó principalmente al cultivo de maíz con fechas de siembra intermedias (mediados de noviembre) que desarrollaron su periodo crítico de floración en ese momento y sembrado en ambientes con poca profundidad de suelo y reserva de agua insuficiente. Estos lotes se ven severamente afectados.

"En el caso de siembras tempranas de principios de octubre, que recibieron buenas precipitaciones en periodo crítico (diciembre) pero sufrieron el efecto del estrés en pleno llenado de granos, presentarán una reducción e incluso detención del mismo, por consiguiente se espera una merma en el rendimiento principalmente por una baja del peso de 1000 granos. Por el contrario, maíces tardíos y sojas de primera prácticamente no se vieron afectados por dicho estrés y hoy se observan en excelente estado y con muy altos potenciales de rendimiento", apunto Silvestro.

"Con respecto a soja de segunda, si bien se observan con un excelente estado general y potencial de rendimiento, las frecuentes y abundantes precipitaciones que se produjeron en diciembre demoraron mucho la cosecha de fina y, como consecuencia, las siembras de soja de segunda, por lo que vienen muy atrasadas en su estado de madurez, encontrándose en pleno llenado de granos, generando que el rendimiento final dependa de hasta qué momento el clima le permita concluir con su ciclo", agregó.

"Haciendo una referencia a la ganadería, las últimas precipitaciones complicaron el avance de siembra de verdeos de invierno y pasturas, que de persistir las lluvias, tal vez impidan cumplir con las superficies objetivo que se planeaban implantar. Como contracara, estas mismas condiciones hídricas y la prevalencia de altas temperatura actuales y pronosticadas a futuro, tal vez dejen una excelente producción otoñal de los recursos disponibles como campo natural, pasturas en producción y verdeos implantados, lo que sugiere revisar las cadenas forrajeras en cada sistema productivo para prever los ajustes necesarios", concluyó.

Imágenes de cultivos de soja en Olavarría y la zona: